Los cambios experimentados en los últimos años en materia de legislación sobre ahorro de energía en nuestro entorno más próximo, Unión Europea y España, no han sido ajenos a los cambios de contexto experimentados en el mundo en el mismo período. La preocupación por la seguridad del suministro, la ausencia de escenarios con precios de energía baratos y la presión sobre el consumo de energía fósil de los países emergentes, nos han hecho replantear nuestra visión del consumo de energía y apostar por la eficiencia energética.
Esta preocupación nos ha facilitado, si me permiten la expresión, descubrir el yacimiento de ahorro energético asociado a viviendas ineficientes y a comportamientos de uso no eficientes. Se han identificado patrones de consumo en las viviendas que sólo buscaban confort, tanto en invierno como en verano. Los usos de calefacción y de climatización no se explicaban en márgenes de ahorro, sino que simplemente requerían aumentar drásticamente el consumo para lograr la habitabilidad deseada.
Nuestro sector de actividad dirigido a la instalación y mantenimiento de equipos de climatización tiene que interiorizar que estos usos son cosa del pasado y que al criterio del confort tenemos que añadir el criterio del ahorro y de la eficiencia energética. No es de recibo que los consumidores domésticos y residenciales analicen los electrodomésticos y los equipos de iluminación de sus hogares en función de su clasificación energética (A, B ,C ,D) y que el equipamiento de climatización se mantenga fuera de este análisis, apoyándose en las tesis, a menudo defendida por los propios profesionales del sector, de que los equipos más eficientes son más caros y por tanto difíciles de amortizar.
Creo que ha llegado el momento, pese al escenario de crisis económica, de que el sector comience a discriminar sus ofertas, además de por la calidad técnica asociada a la seguridad industrial, por los diferentes tipos de uso que se pueden dar en una instalación así como por los costes asociados a las fuentes de suministro energético ligadas al funcionamiento de los equipos.
Fabricantes, proyectistas, instaladores, mantenedores, servicios de asistencia técnica y en general todos los profesionales involucrados en la instalación de equipos splits, asociados generalmente al consumo doméstico o de pequeñas oficinas y comercios, nos encontramos ante el reto de incorporar en nuestra actividad diaria la preocupación por la eficiencia energética, añadiendo así valor a nuestra oferta de servicios.
Desde AMICYF EUSKADI pensamos que sí nuestros clientes confían en nuestras empresas asociadas es debido a su esfuerzo diario por entender sus necesidades, por lo que el asesoramiento en materia de consumo energético debe ser valorado como un servicio importante a prestar a nuestros clientes. En un momento en que la lógica empresarial de los suministradores de energía está apoyada en vender cada vez más productos asociados al suministro; instalación de equipos, seguros de hogar, planes de mantenimiento etc, los profesionales podemos ofrecer ese punto de neutralidad a la hora de aconsejar al cliente sobre la instalación más eficiente.